
El nuevo Espacio Europeo de Educación Superior supone un cambio radical en la relación alumno-profesor en la Universidad. Desde hace muchos años (algunos más de 500), la enseñanza universitaria se ha basado en la lección magistral: el profesor entra en el aula, habla durante una o dos horas, los alumnos toman apuntes, consultan libros, estudian y se presentan a un examen, que aprueban... o no.
Al margen de lo que puede suponer este nuevo sistema para el intercambio de estudiantes y profesionales por Europa (uno de los pilares de la construcción de la Unión Europea) del que hablaremos en otro post, lo que te va afectar directamente es el cambio de mentalidad en las aulas. La filosofía se basa ahora en el trabajo del alumno, y no en el del profesor: Los profesores tendremos que ganarnos el sueldo haciendo que aprendas y no enseñando (no se si captas la diferencia, pero es muy grande).
¿En que se traduce esto?. En primer lugar, el número de clases magistrales se reduce drásticamente. Además, aumentan las prácticas, las clases de problemas y los trabajos personales, que harán que tu formación sea mejor. Y por último, tendrás evaluación continua, y no un único examen final como antes. El objetivo: prepararte mejor para tu vida laboral, tratando de que apruebes un curso cada año. Suena bien ¿no?
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